28.1.09

Policía se arrodilla en la calle

En la mañana del 24 de mayo, se produjo un embotellamiento del tráfico en un punto cercano a una gasolinera de la ciudad de Baotou, región autónoma de Mongolia Interior, paralizando el flujo automotor en casi 600 metros de calle, en un entronque de vías que conducen a la ciudad.

Wen Yongsheng, policía del distrito de Donghe, quien pasaba casualmente por allí, intentó dispersar con medios pacíficos a la muchedumbre de casi 300 personas que se agolpaban curiosos, pero al no conseguirlo se arrodilló ante ellos por más de 10 minutos.

Conmovidos por su extraño comportamiento, los presentes comenzaron a dispersarse y se reanudó la circulación. Wen dijo más tarde: "no pensé en mí en ese momento. Como la mayoría de los curiosos eran casi tan viejos como mis propios padres, al arrodillarme ante ellos, lo hacía como haría con mis padres, por lo que me pareció lo más natural del mundo."

"Es increíble que un policía tenga tan alto sentido de responsabilidad. Es un trabajo realmente extenuante", dijo Hu Xiaomin, subdirector del distrito de Donghe, quien estaba también en el sitio.

La acción de Wen causó gran controversia entre personas de todos los sectores sociales. Algunos lo apoyaron, mientras que otros piensan que su comportamiento humilló a los demás policías.

Después de leer la historia en la prensa, muchos lectores telefonearon a los medios informativos locales para conocer la causa del acontecimiento y su desarrollo posterior, creando otra ola de polémica.

Sheng Dalin (principal comentarista del Diario de Dahe): Su comportamiento carece del sentido de un ciudadano moderno y de los derechos y los intereses personales. Admiro su sentido de responsabilidad, pero no admito sus métodos. De hecho, ésta no es una buena manera de trabajar pues su comportamiento va más allá de los deberes y responsabilidades de un funcionario.

Para identificar su comportamiento, debemos entender el significado del estatus y los derechos.

¿Cuál estatus es de Wen?

Primero, él es un ciudadano, no el súbdito de un señor feudal. En segundo lugar, él es un funcionario público, no un súbdito de épocas feudales. Como ciudadano, tiene derechos e intereses sagrados, incluidos los derechos de la personalidad, que están protegidos por las leyes. Como funcionario, tiene deberes y obligaciones, junto con su personalidad y dignidad. Wen hizo concesiones voluntarias al arrodillarse. Era innecesario que abandonara su dignidad y personalidad. Él comenzó a dispersar a la muchedumbre y a pedir más policías tan pronto como vio el embotellamiento del tráfico. Él hizo un buen trabajo. Era innecesario que él se arrodille. Los ciudadanos ahora viven en una sociedad moderna regida por la ley.

A diferencia de lo usual en los tiempos feudales , en que los funcionarios debían arrodillarse ante sus amos, en la sociedad actual, arrodillarse puede arruinar la dignidad de un funcionario.

En China, tenemos leyes para salvaguardar nuestros derechos humanos básicos, incluyendo el de la personalidad.

Los Reglamentos para los funcionarios estipulan que ningún individuo u organización puede exigir a un funcionario trabajar más allá de lo establecido, y un funcionario puede rechazar definitivamente las prácticas que rebajen su dignidad. Lo contrario significa descuidar los derechos individuales y crear una atmósfera obsoleta y feudal en nuestra sociedad. Wen olvidó su dignidad cuando se arrodilló; los que apoyan y encomian su actitud obviamente pasan por salto los derechos fundamentales de un ciudadano, que es la base de la democracia y del sistema legislativo.

Dong Zui (Diario de los Obreros): Wen no perdió su dignidad. Lo que hizo me conmovió casi hasta las lágrimas. Pienso que cualquier persona con sentido de moral se sentirá orgullosa de él por su sentido de responsabilidad, que, en la sociedad de hoy, necesita de urgente promoción. Wen sentó un ejemplo típico para todos nosotros.

Los informes de algunos medios comentaron que arrodillarse implica una pérdida de dignidad, pero la pregunta clave es: Qué elegiríamos entre responsabilidad o dignidad personal. No es una opción fácil.

En primer lugar, el arrodillarse no significa la pérdida de la dignidad. Arrodillarse por el bien y para resolver una situación, indica que uno ha alcanzado el reino del pensamiento elevado.

En segundo lugar, la responsabilidad y la dignidad no se excluyen mutuamente. De hecho, el sentido de responsabilidad del público puede aumentar la dignidad de la vida y, a su vez, puede garantizar su sentido de responsabilidad.

En Tercer lugar, como línea de defensa última pero vital, la dignidad de la vida no debe desecharse, de lo contrario no hay base que sustente un sentido de responsabilidad. Wen se arrodilló de una manera digna, así que lo respeto. La gente puede cuestionar su manera de hacerlo, pero admirará seguramente su sentido moral. La dignidad no se puede abandonar por ninguna excusa aparentemente encumbrada. Cuando una persona la desecha, su motivo deviene factor dominante en la manera en que se le juzga.

Xu Xunlei (Diario de la Juventud de Beijing): Si hay algo de grande en arrodillarse, podemos decir que Wen se comportó regiamente al hacerlo. La gente cuestiona su actitud. Algunos creen que su comportamiento fue humillante, mientras que otros le conceden un alto sentido de responsabilidad. En mi opinión, debemos indagar el porqué y para quién se arrodilló.

Es parte de la antigua etiqueta china que una persona se arrodille en muestra de respeto; es la denominada "etiqueta de rodillas”.

Esta etiqueta importante está conectada con la costumbre de sentarse en la tierra en épocas antiguas, cuando la gente se sentaba sobre las rodillas con las nalgas cerca de los talones.

Para saludar, uno debía enderezarse. La etiqueta de arrodillarse tiene una repercusión importante, relacionada con la dirección en que se mueve el cuerpo. La dirección original en el acto de arrodillarse, desde la posición sentada, implicaba enderezarse hasta hacer la flexión. Otra dirección es la de ir desde la posición erecta hacia abajo, con el fin de quedar de rodillas. Hoy este acto ha perdido su significado de saludo. Ahora significa sobre todo rogar o pedir cuando no quedan más recursos a la mano. Pedir de esta manera implica que una de las partes está en desventaja con respecto a la otra.

En la sociedad feudal, los súbditos debían arrodillarse ante los funcionarios, y los funcionarios se arrodillaban ante los emperadores. Se dice que el pueblo chino sólo llevan 90 años de vida sin arrodillarse ante los amos, y 20 años de la nueva era de la reforma. Comparada con una historia de varios miles de años arrodillándose, esta época resulta corta. La “servidumbre espiritual” que han dejado miles de años de arrodillarse sigue siendo una herida abierta para el pueblo chino. Más que criticar hay que entender la pesada carga que llevó el pueblo a mantenerse arrodillarse durante tanto tiempo.

Para que las personas comunes no tengan que arrodillarse, es vital hacer desaparecer las cargas pesadas, en lo físico y espiritual, que el pueblo llevó tanto tiempo sobre sus espaldas. Los servidores públicos, que sirven al pueblo a conciencia, deben llevar hoy airosamente dicha carga. Cuando sean incapaces de hacerlo corresponderá a ellos inclinarse hinojos, disculpándose por no poder servir al pueblo, garantizar su salvaguarda de los derechos fundamentales del pueblo o humillarlos.

Aquí, hemos visto un buen ejemplo. Los funcionarios del gobierno deben arrodillarse ante el ciudadano común o sus representantes, o los representantes se arrodillan ante gentes corrientes, en caso de necesidad.

Es decir, el propósito del acto arrodillarse determina si el comportamiento es despreciable o encomiable. Para dispersar a la muchedumbre y para reanudar la circulación, Wen se arrodilló ante centenares de personas, e hizo bien.

La gente puede distinguir claramente entre el bien y el mal. Ellos estiman y aman a quienes les sirven de corazón. Y resulta despreciable cuando uno se arrodilla ante los poderosos para pedir algo.

Solamente cuando elegimos inclinarnos ante objetivos correctos, y defendemos los derechos e intereses de los ciudadanos según estipula la constitución, podremos suprimir la tendencia a arrodillarse en nuestra sociedad.

Beijing informa