25.4.09

Inventan un sistema para hacer ecografías con el celular

.
Pronto será posible realizar una ecografía conectando el móvil a una pequeña sonda a través de un dispositivo USB para recoger las imágenes, que luego podrán ser enviadas a cualquier punto del globo. 

El ingeniero estadounidense William D. Richard, y su colega David Zar, de la universidad de Washington en Saint Louis, diseñaron la sonda, tan pequeña que cabe en la palma de la mano. La tecnología sirve para teléfonos móviles inteligentes compatibles con el sistema Windows de Microsoft, empresa que financió la investigación con una beca de 100.000 dólares. Foto: EFE/David Kilper

22.4.09

50 infografías extraordinarias

Visto en en Blog Image & Web Solution:


Una excelente recopilación que realizó Francesco Mugnaide 50 extraordinarias infografías está disponible.

11.4.09

Humor @Twitter

La comunicacion ha cambiado despues de Twitter:

VIA | chistesgeeks.com

Libro gratis

Libro gratis (Gracias a Letralia)

7.4.09

En Puerto La Cruz o Lechería ¡Coman Cuajao en Semana Santa!

.

El cuajao es el plato con mayor jerarquía y traición
de los orientales para degustar en Semana Santa.


"Voy pa'l Puerto en estos días, y también pa' Lechería ... "

"Pa' mi, Cuajao oriental en esta Semana Santa".


Durante los días santos lo dulce y lo salado se unen en
para dar paso a una deliciosa preparación que representa un emblema de la tradición culinaria de Anzoátegui, Sucre y Nueva Esparta: el Cuajao.

Frutos del mar, plátanos, papa y huevos son los ingredientes de este pastel de pescado.


¿De dónde viene el cuajao?

José Pirela, chef ejecutivo de la escuela de alta cocina Ciboulette, ubicada en Lechería, población litoralense ubicada entre Barcelona y Puerto La Cruz, cuenta que los pescadores, antes de los días santos, se hacían al mar, y de provisión llevaban esta suerte de pastel con elevados niveles de conservación a temperatura ambiente.

“La composición del pastel, rico en pescado y huevos, les permitía obtener una mayor carga calórica y consumir una comida más completa”.

En las clases de la escuela que dirige ya es una tradición que se enseñe a preparar este plato considerado una exquisitez, y al que le agrega un toque de cocina internacional con salsa bechamel para brindar una mejor presentación.

"La idea es que los alumnos, además de probarlo en la escuela, lo preparen en sus casas junto a sus familiares”.

A pesar de que Pirela nació en Maracaibo, le contó en una oportunidad a la colega periodista Leyda Campos, que el considera al Cuajao como algo suyo y por ello insiste en sus clases en la necesidad de preservar como una tradición la elaboración de esta tortilla.

"El cuajao de pescado" -explica Pirela- "resume todo lo que es la gastronomía venezolana: una mezcla de ají dulce, ajo, pescado y plátano maduro. Esa es la esencia de nuestra cocina, que es una combinación de muchos sabores y de lo que somos".

Emeteria de Bastidas y Hermes Bastidas, propietarias del local La Barraca, en la calle Bolívar de Puerto La Cruz, han hecho de esta tradición una fiesta.

Desde hace 22 años organizan en su negocio el Festival del Cuajao, en el que ofrecen a sus comensales una gran variedad de cuajaos. Todos los años le imprimen su esencia con variadas especies marinas como el cazón, la raya, el atún y el bacalao, al igual que mariscos y conchas especiales como las vieiras y la tripa de perla.

Las salsas no pueden faltar para bañar el sabroso pastel. La intención es presentar cada vez un aditivo diferente, llamativo,
explosivo -por sus ingredientes contrastantes- y del agrado de cualquier gourmet.

El cuajao más tradicional es el de chucho (Aetobatus narinari), un pez que pertenece a la familia de las rayas y se caracteriza por poseer un cuerpo aplanado, semi-redondo de la cabeza a la cola y suele medir alrededor de un metro de ancho (aunque ocasionalmente crece hasta dos metros).

Lean una nota vieja: Este año el Cuajao viene explosivo Receta.

5.4.09

La bella indígena cautiva, narrada por el marino Pinzón

.

Crónica del segundo viaje de Cristóbal Colón a las Indias escrita por uno de los marinos, Martín Alonso Pinzón, y reflejada en el libro "Cronistas de Indias: antología".

Mientras estaba en la barca, hice cautiva a una hermosísima mujer caribe, que el susodicho Almirante me regaló, y después que la hube llevado a mi camarote, y estando ella desnuda según es su costumbre, sentí deseos de holgar con ella. Quise cumplir mi deseo pero ella no lo consintió y me dió tal trato con sus uñas que hubiera preferido no haber empezado nunca. Pero al ver esto (y para contártelo todo hasta el final), tomé una cuerda y le di de azotes, después de los cuales echó grandes gritos, tales que no hubieras podido creer tus oídos. Finalmente llegamos a estar tan de acuerdo que puedo decirte que parecía haber sido criada en una escuela de putas.